4.10.25

Esquema corporal y praxias

 

ESQUEMA CORPORAL Y PRAXIAS 

Fuente base: Gallego del Castillo, F. «Esquema corporal y praxias. Conceptos». Apuntes elaborados para estudio y uso docente (LOMLOE–EF).

1. Fundamentos neurofisiológicos y psicológicos

Comprender el esquema corporal y las praxias exige partir del sistema nervioso. El control del movimiento humano depende de la integración entre vías motoras (piramidales y extrapiramidales), la modulación de ganglios basales, el ajuste fino del cerebelo y la aferencia sensorial (propiocepción, visión, vestibular y tacto). Las áreas premotoras y suplementarias planifican, la corteza motora primaria ejecuta y los sistemas sensoriales verifican el resultado.
Luria describió tres grandes unidades funcionales: (1) activación tónico‑energética, (2) recepción‑análisis‑almacenamiento de la información y (3) programación‑regulación de la actividad. La praxia se asienta en la tercera, pero depende de la coordinación con las otras dos.
El aprendizaje motor genera engramas sensomotores: patrones estabilizados de coactivación muscular y perceptiva que facilitan el paso del control consciente a la automatización. Este tránsito libera recursos atencionales para tareas cognitivas de mayor complejidad (lectura, resolución de problemas, táctica deportiva).

1.1 Movimiento voluntario y automático

El movimiento voluntario se inicia con una intención (meta motriz), activa programas motores (premotora y SMA) y se ejecuta modulando feedback (cerebelo) y feedforward (ganglios basales). Con la práctica, la ejecución se automatiza: desciende el coste atencional, aumenta la estabilidad temporal de la «melodía cinética» y mejora la precisión en contextos variables.
La educación de las praxias aprovecha este proceso: práctica con variabilidad, progresión de ayudas a descubrimiento guiado, y transferencia contextualizada (clase‑recreo‑vida cotidiana).

1.2 Aprendizaje práxico y memoria

·         Codificación: comprensión del objetivo, percepción de claves relevantes y planificación de la secuencia.

·         Consolidación: repetición con feedback específico; sueño y recuperación activa consolidan engramas.

·         Automatización: disminución de la interferencia («doble tarea» cada vez más viable).

·         Transferencia: generalización del patrón a tareas y contextos nuevos (p. ej., del salto en colchoneta al salto en atletismo).

2. Concepto de praxia y praxis

Praxis (acción con sentido) y praxia (organización motriz para lograrla) se emplean casi como sinónimos. En esta obra, se subraya que la praxia no es un movimiento aislado, sino un sistema coordinado dirigido a un resultado, dependiente de la intención y mediado por imágenes mentales de la acción. La «melodía cinética» es la secuencia encadenada de gestos que, repetida con objetivo, deviene hábito motor eficiente.

2.1 Rasgos de la praxia eficaz

·         Intencionalidad: hay meta clara (qué, para qué).

·         Planificación: orden, temporalidad, ritmo y ajuste postural.

·         Control perceptivo: selección de información relevante (visión, propiocepción).

·         Economía: mínima energía para máximo efecto (coordinación intrainter‑muscular).

·         Flexibilidad: adaptación a cambios de tarea, material, espacio y compañeros.

·         Estabilidad emocional: regulación del tono; ni hipo‑ ni hipertonía.

2.2 Desarrollo de las praxias (visión evolutiva)

1.      Etapa sensoriomotora (0–2): esquemas de acción; coordinación ojo‑mano, prensión, bimanualidad inicial.

2.      Transición simbólica (2–6): imitación, juego de roles, interiorización progresiva, primeras regulaciones por reglas simples.

3.      Etapa operatoria (7–12): automatización de cadenas motoras, anticipación; las praxias operativas no requieren el objeto de forma permanente.

Factores moduladores: lateralidad funcional, experiencia motriz, motivación/afectividad y oportunidades en el entorno (juego libre guiado).

2.3 Clasificación funcional de praxias

·         Globales vs. finas (coordinación amplia del eje corporal frente a precisión manual‑digital).

·         Ideomotoras (gestos aprendidos) e ideatorias (uso de objetos y secuencias complejas).

·         Constructivas (armar, copiar figuras), visoconstructivas (dibujo, bloques).

·         Bucofaciales/orofaciales (soplo, deglución, articulación).

·         Oculomotoras (seguimiento, sacadas), locomotoras (patrones de marcha‑carrera‑salto).

·         Práxicas de equilibrio y posturales (ajustes anticipatorios y reactivos).

2.4 Dispraxias y apraxias: síntesis clínica y educativa

Apraxia: alteración adquirida (lesión neurológica) de la ejecución de actos motores voluntarios pese a fuerza/sensibilidad conservadas. Dispraxia: desorganización del desarrollo práxico (infancia), frecuente en el alumnado con dificultades de aprendizaje o coordinación (DCD).
Manifestaciones: torpeza en doble tarea, lentitud al encadenar acciones, desajustes tónico‑posturales, pobre reversibilidad de gestos. Implicaciones educativas: tareas graduadas, modelado + práctica distribuida, uso de claves visuales y verbales, y evaluación continua de la eficacia funcional.

3. Gnosopraxis y praxiología

La gnosopraxis subraya la unidad percepción‑acción: para escribir, lanzar o atarse los cordones el alumno debe reconocer (gnosis) y ejecutar (praxis) de forma integrada. La praxiología motriz (Parlebas) aporta el análisis de la lógica interna: reglas, roles, comunicación motriz, incertidumbre del entorno y del adversario/compañero; útil para diseñar tareas y juegos ajustados al objetivo práxico.

·         Gnosopraxis de la escritura: postura, pinza digital, control oculomanual, ritmo gráfico, calibración de fuerza.

·         Gnosopraxis con herramientas: empuñaduras, planos de movimiento, retroalimentación háptica.

4. Esquema corporal: concepto y alcance

El esquema corporal es el «mapa operativo» del propio cuerpo en reposo y en movimiento, construido a partir de múltiples aferencias sensoriales e integrado con la experiencia y el lenguaje. Es base del equilibrio, la orientación espacial y la eficacia en la acción. Se diferencia de la imagen corporal (más subjetiva‑afectiva), aunque se influyen mutuamente.

4.1 Diferencia clave: esquema corporal vs imagen corporal

·         Esquema corporal: énfasis motriz‑cognitivo; sostén postural, coordinación, equilibrio; más universal/específico de especie.

·         Imagen corporal: énfasis perceptivo‑afectivo; vivencia subjetiva, autoconcepto, normas socioculturales; muy individual.

4.2 Evolución del esquema corporal

4.      0–3 años: diálogo tónico, control cefálico, enderezamientos, gateo‑marcha; noción global del cuerpo.

5.      3–7 años: nominación de segmentos, lateralidad emergente, coordinación dinámica general, patrones básicos (caminar‑correr‑saltar‑lanzar‑atrapar).

6.      7–12 años: integración espacio‑temporal, precisión segmentaria, reversibilidad de gestos, simulación y anticipación.

4.3 Factores y componentes

·         Tonicidad y regulación del tono (relajación‑activación).

·         Control postural (ajustes anticipatorios y reactivos).

·         Respiración y ritmo (sincronización respiratoria‑motora).

·         Estructuración espacio‑temporal (orientación, direcciones, trayectorias, lateralidad).

·         Control práxico (planificación‑ejecución‑evaluación).

5. Trastornos relacionados con el esquema corporal

Las alteraciones del esquema corporal pueden expresarse como desorientación derecha‑izquierda, dificultades visoespaciales, inestabilidad postural y problemas en la manipulación fina. Las agnosias (visuales, auditivas, somestésicas) afectan al reconocimiento pese a la integridad sensorial periférica. Educativamente, el foco está en proporcionar experiencias sensoriomotrices ricas, feedback claro y apoyo emocional para reconstruir el «mapa corporal».

6. Educación psicomotriz aplicada a EF (LOMLOE, Castilla y León)

Propósito: desarrollar la competencia motriz, el bienestar físico‑emocional y la autonomía. La intervención debe conectar praxias y esquema corporal mediante tareas significativas y progresivas, respetando los estilos de enseñanza de Mosston (A–H) y nuevas pedagogías (aprendizaje cooperativo, DUA, gamificación).

6.1 Principios metodológicos

·         Partir del nivel del alumno y ofrecer andamiaje (apoyos visuales, verbalizaciones, demostración).

·         Variabilidad de la práctica: materiales, espacios, ritmos, roles.

·         Feedback específico sobre el proceso (dirección, ritmo, equilibrio), no solo sobre el resultado.

·         Evaluación formativa: rúbricas sencillas, coevaluación y autoevaluación corporal (¿qué siento? ¿qué ajusto?).

·         Seguridad y clima emocional: tono adecuado, éxito temprano, elección guiada (estilos C‑E de Mosston).

6.2 Progresiones tipo (ejemplos)

a) Salto como praxia (del libro):

·         Exploración tónica: saltitos en el sitio, balanceos, cargas‑descargas.

·         Salto con dos pies: líneas y sombras; énfasis en impulso y recepción.

·         Salto con carrera: batida y vuelo; control de brazos como metrónomo.

·         Variabilidad: alturas, anchos, superficies, combinaciones (salto + giro).

·         Transferencia: circuitos, relevos, miniparque de saltos (seguridad).

b) Coordinación óculo‑manual (praxia fina‑global):

·         Recepciones con globos (trayectorias lentas) → pelotas blandas → pelotas estándar.

·         Golpeos dirigidos: paredes, dianas, puertas de conos (precisión‑dosificación).

·         Secuencias encadenadas (melodía cinética): bote + pase + recepción + tiro.

·         Integración perceptiva: mirar‑anticipar‑colocar cuerpo antes del contacto.

c) Esquema corporal y lateralidad:

·         Juegos de nombrar y tocar segmentos; espejo con compañero.

·         Trayectorias y direcciones: laberintos en el suelo, flechas, cambios de mano/pie dominante.

·         Ritmo‑respiración: caminar contando, palmadas, instrumentos; sincronizar inspiración‑impulso.

7. Evaluación de praxias y esquema corporal

Instrumentos:

·         Listas de cotejo (segmentación, ajuste postural, secuenciación).

·         Rúbricas por niveles (incipiente → competente → experto escolar).

·         Diarios corporales (sensaciones antes‑durante‑después).

·         Registro de doble tarea (moverse + contar/palmear).

·         Pruebas funcionales: saltar, lanzar, atrapar, girar, equilibrarse.

7.1 Rúbrica ejemplo: salto (praxia global)

Criterios y niveles:

·         Planificación: reconoce zona de batida/recepción. (0=No; 1=A veces; 2=Sí)

·         Impulso: flexo‑extensión coordinada con braceo. (0–2)

·         Vuelo: control del eje; mirada al frente. (0–2)

·         Recepción: amortigua, conserva equilibrio. (0–2)

·         Autocorrección: ajusta tras feedback. (0–2)

8. Estrategias de enseñanza (Mosston) para praxias/esquema corporal

·         Estilo A (Mando): seguridad, demostración inicial (nueva praxia).

·         Estilo B (Tarea): estaciones con tarjetas (clave visual y consignas).

·         Estilo C (Recíproco): pareja‑espejo con criterios simples (postura, ritmo).

·         Estilo D (Autoevaluación): checklists corporales antes‑después.

·         Estilos E–H (Inclusivo, Descubrimiento guiado, Resolución de problemas, Producción divergente): retos motores, mini‑proyectos corporales y creación de secuencias (melodías cinéticas).

9. Glosario esencial

·         Praxis/Praxia: acción coordinada orientada a un fin.

·         Melodía cinética: cadena de gestos que, repetida, se automatiza.

·         Esquema corporal: mapa operativo del propio cuerpo.

·         Imagen corporal: vivencia subjetiva del cuerpo.

·         Tono muscular: estado de preparación del músculo para la acción.

·         Engrama: huella neuronal de un patrón de acción.

·         Dispraxia: desorganización del desarrollo práxico.

·         Agnosia: dificultad de reconocimiento pese a sensibilidad intacta.

10. Preguntas de estudio

7.      1. Explica la relación entre intención, planificación y ejecución en una praxia.

8.      2. Diferencia esquema corporal e imagen corporal con ejemplos escolares.

9.      3. Describe una progresión didáctica para el salto y justifícala.

10.  4. Enumera factores que sostienen el esquema corporal y cómo se trabajan.

11.  5. Propón indicadores observables de dispraxia en Primaria y medidas de apoyo.

12.  6. ¿Cómo integras Mosston y DUA en una unidad de coordinación óculo‑manual?

13.  7. Argumenta por qué el feedback debe centrarse en el proceso y no solo en el resultado.

14.  8. Relaciona automatización motriz y carga cognitiva en tareas académicas.

11. Mini‑guía de actividades aplicadas (EF Primaria)

Bloque A: conciencia corporal y tono

·         Escáner corporal tumbado (de pies a cabeza) + respiración diafragmática (2’).

·         Animales rítmicos: camello (flexo‑extensión de columna), gato‑vaca, oso (apoyos cruzados).

Bloque B: equilibrio y postural

·         Estatuas con empujes suaves (ajustes reactivos).

·         Caminos angostos: líneas, bancos suecos, cuerdas en el suelo.

Bloque C: praxias globales

·         Relevos melodía: saltar + girar + aterrizar + desplazarse (secuencia memorizada).

·         Puertas de conos: correr con cambios de dirección y paso por «puertas» designadas.

Bloque D: praxias finas y oculomanuales

·         Malabares con bolsas de semillas (1→2→3 objetos).

·         Tiro a diana mural: zonas de puntuación, control de fuerza y precisión.

12. Bibliografía orientativa para ampliar

Gallego del Castillo, F. (ed.). Esquema corporal y praxias. Conceptos.
Le Boulch, J. La educación por el movimiento.
Da Fonseca, V. Psicomotricidad.
Ballesteros, S. El esquema corporal.
Frostig, M. y Maslow, P. Educación del movimiento.
De Ajuriaguerra, J. El percepto del cuerpo.
Parlebas, P. Praxiología motriz.
Wallon, H.; Piaget, J.; Dolto, F.; Merleau‑Ponty (selección de textos).

Neuroeducación Física: Mover el cuerpo para despertar el cerebro

 

🧠 Principios de la Neuroeducación Física

Durante años, la Educación Física fue vista como una materia dedicada principalmente al cuerpo: correr, saltar, lanzar, competir… Sin embargo, las investigaciones más recientes en neurociencia han cambiado por completo esta mirada. Hoy sabemos que moverse es también una forma de aprender.

De esta unión entre movimiento y cerebro nace la Neuroeducación Física, una corriente que nos ayuda a comprender cómo aprende el cerebro cuando el cuerpo se activa.
El movimiento no solo mejora la condición física: potencia la atención, la memoria, la creatividad y las emociones. En definitiva, educar el cuerpo es también educar la mente.


🌱 Qué entendemos por Neuroeducación Física

La Neuroeducación Física surge del encuentro entre la neurociencia, que estudia cómo funciona el cerebro, y la educación física, que trabaja con el movimiento, la emoción y la acción.
Su objetivo es claro: diseñar experiencias motrices que favorezcan un aprendizaje más completo, significativo y duradero.

Cada juego, cada gesto y cada experiencia corporal deja una huella en el cerebro.
Cuando los alumnos corren, cooperan, se emocionan o resuelven un reto motor, su cerebro crea y refuerza conexiones neuronales. Por eso, aprender en movimiento no es una alternativa: es la forma más natural que tiene el ser humano de aprender.


🔍 Por qué es tan importante

El ejercicio físico activa regiones cerebrales relacionadas con la atención, la percepción y la memoria.
También mejora la regulación emocional y la motivación, algo esencial en la escuela actual.

En la práctica, cuando un grupo de niños juega al pilla-pilla, no solo se mueven: planean, anticipan, deciden, sienten y cooperan.
Esa integración entre cuerpo, emoción y pensamiento es la esencia de la Neuroeducación Física.


⚙️ Principios básicos

A continuación se resumen los principales pilares de la Neuroeducación Física, basados en los trabajos de Fernando Maureira Cid (2011) y otros autores:

  1. Unidad cuerpo-mente
    El cuerpo y el cerebro funcionan como un todo. Cada pensamiento o emoción tiene una base corporal. Por eso, moverse ayuda a comprender, y comprender ayuda a moverse mejor.

  2. El movimiento como base del aprendizaje
    El cerebro aprende en acción. Las actividades motrices activan redes neuronales que mejoran la atención y la memoria. Antes de una tarea cognitiva, una breve activación física puede marcar la diferencia.

  3. Plasticidad cerebral
    El cerebro cambia con la experiencia. Cuanto más variado sea el movimiento, más conexiones nuevas se crean. La diversidad de juegos y retos motrices estimula la creatividad y el pensamiento.

  4. Emoción y motivación
    Sin emoción no hay aprendizaje. La alegría, la curiosidad o el reto positivo abren la puerta del cerebro al conocimiento. Crear un clima seguro y motivador es una de las principales funciones del docente.

  5. Atención y memoria
    La práctica física, especialmente la aeróbica, mejora la concentración y la capacidad de recordar. Incorporar pausas activas o juegos rítmicos ayuda a mantener la mente despierta.

  6. Aprendizaje con sentido
    Lo que se comprende y se vive de manera significativa se recuerda mejor. Las actividades deben tener conexión con la vida del alumnado, su entorno o su cultura motriz.

  7. El docente como facilitador neuronal
    Más que enseñar técnica, el profesor de Educación Física debe diseñar experiencias que activen emoción, atención y pensamiento. El movimiento se convierte en una herramienta para aprender a pensar.

  8. Aprendizaje cooperativo
    El cerebro humano está hecho para aprender con otros. Las neuronas espejo se activan cuando observamos, imitamos o cooperamos. Los juegos cooperativos desarrollan empatía y convivencia.

  9. Diversidad y ritmo cerebral
    Cada alumno aprende de manera diferente. Es fundamental ofrecer tareas variadas que se adapten a los distintos estilos de aprendizaje y niveles de desarrollo.

  10. Refuerzo positivo
    El elogio sincero, el reconocimiento del esfuerzo o la valoración del progreso activan el sistema de recompensa del cerebro. Educar desde la confianza multiplica el aprendizaje.


🧩 Cómo aplicarlo en clase

  • Comienza con movimiento: breves dinámicas que activen cuerpo y mente.

  • Integra emoción y juego: introduce música, humor o historias que den sentido a la tarea.

  • Alterna activación y calma: combina fases intensas con momentos de respiración o conciencia corporal.

  • Fomenta la cooperación: el trabajo en grupo potencia la empatía y la comunicación.

  • Evalúa el proceso, no solo el resultado: observa la atención, la autorregulación y el compromiso motor.


🏃‍♀️ Ejemplos de actividades neuroeducativas

  • Circuito del cerebro activo: estaciones que combinan equilibrio, memoria y coordinación.

  • Bailes con memoria: secuencias rítmicas progresivamente más largas.

  • Carrera con misión: correr por parejas mientras resuelven retos mentales o verbales.

  • Juego de los hemisferios: una mano dibuja un círculo, la otra un cuadrado.

  • Expreso mi emoción: representar emociones con el cuerpo y adivinar las de los compañeros.


💬 Reflexión final

La Neuroeducación Física nos invita a mirar nuestra profesión de otra manera.
Ya no se trata solo de enseñar habilidades motrices, sino de educar personas desde el movimiento.
Cada sesión puede convertirse en una experiencia que fortalezca el cuerpo y despierte el cerebro, favoreciendo la atención, la emoción y el pensamiento.

“Mover el cuerpo para despertar el cerebro: ese es el auténtico reto de la Educación Física moderna.”
Fernando Maureira Cid


📚 Referencia:
Maureira Cid, F. (2011). Principios de Neuroeducación Física. Santiago de Chile: Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

🏛️ Thomas Arnold y Coubertin: el mito que dio forma a la Educación Física moderna

 

🏛️ Thomas Arnold y Coubertin: el mito que dio forma a la Educación Física moderna

📚 Introducción

Hablar de Thomas Arnold es hablar del origen de la Educación Física moderna tal y como la entendemos hoy. Su figura, reinterpretada por Pierre de Coubertin, inspiró la renovación pedagógica que dio lugar al Olimpismo moderno y a la integración del deporte en la escuela.
Pero… ¿fue Arnold realmente el padre del deporte escolar, o fue más bien un mito creado por Coubertin? El artículo de Pérez-Aragón y Gallardo-Pérez (2016) nos ayuda a entender esta fascinante historia entre pedagogía, idealismo y realidad histórica.



⚖️ Arnold según Coubertin: el educador total

Pierre de Coubertin (1863–1937), fundador de los Juegos Olímpicos modernos, veía en Thomas Arnold —director de la Rugby School entre 1828 y 1842— al mejor pedagogo de los tiempos modernos.
Para él, Arnold representaba el modelo de escuela que unía mente, cuerpo y espíritu: una educación moral a través del ejercicio físico. Su lema: “Formar caballeros cristianos capaces de gobernarse a sí mismos”, marcó profundamente la visión de Coubertin.

El barón consideraba que la reforma educativa de Arnold en Rugby fue una revolución moral y social, pues el deporte se convirtió en un instrumento educativo que fortalecía la voluntad, la cooperación y el carácter.

Desde esta visión, Coubertin dio forma a su proyecto olímpico y a lo que él llamó la “pedagogía deportiva”: el deporte como medio para la formación del carácter, la convivencia y la paz entre los pueblos.


🧩 La realidad: un mito pedagógico

Sin embargo, la investigación histórica revela un contraste interesante.
Autores como Barbero (1990) y Mandell (1990) demostraron que Arnold no fue un promotor del deporte, sino un clérigo preocupado por la moral cristiana, la disciplina y la formación clásica en latín y griego.
Su prioridad no era la actividad física, sino la educación religiosa y moral, apoyándose en los alumnos mayores (los prefects) para controlar la vida escolar.

De hecho, el interés por el deporte surgió después, impulsado por el movimiento de los “cristianos musculares” (Kingsley y Hughes), quienes reinterpretaron el ideal arnoldiano hacia una “hombría física” basada en el esfuerzo, el juego limpio y la camaradería.
Fue Thomas Hughes, antiguo alumno de Rugby, quien con su novela Tom Brown’s School Days (1857) popularizó la imagen heroica de Arnold, influyendo decisivamente en el joven Coubertin.


🥇 Coubertin y el legado educativo

Aún partiendo de un mito, Coubertin supo transformar aquella imagen idealizada en un modelo pedagógico universal.
En su obra Pédagogie sportive (1922), defendió que el deporte debía ser el engranaje central de la educación, no como fin en sí mismo, sino como medio para desarrollar el carácter, la autonomía y el espíritu cívico.

Para Coubertin, la escuela debía ser una “pequeña república deportiva”, donde los alumnos aprendieran a gobernarse a sí mismos, cooperar y asumir responsabilidades.
Estos principios conectan directamente con los valores actuales de la Educación Física escolar:

  • Aprendizaje autónomo y cooperativo.

  • Desarrollo de competencias sociales y emocionales.

  • Integración del esfuerzo, la ética y la participación activa.


🧠 Aplicaciones para el profesorado de Educación Física

El mito de Arnold, reelaborado por Coubertin, sigue vivo en la educación contemporánea.
Hoy, la LOMLOE y el Decreto 38/2022 de Castilla y León recogen esa herencia cuando promueven una Educación Física inclusiva, competencial y ética, donde el movimiento no es solo un acto físico, sino un vehículo de crecimiento personal y social.

Como docentes podemos rescatar de Coubertin tres grandes ideas pedagógicas:

  1. Educar a través del deporte, no solo en el deporte.

  2. Formar carácter y ciudadanía activa mediante la cooperación, el respeto y la superación.

  3. Entender la competencia motriz como una herramienta para la vida, no como rendimiento.


💬 Conclusión

Thomas Arnold fue más un símbolo que un entrenador, pero su “mito educativo” impulsó una de las mayores revoluciones pedagógicas del siglo XIX.
Coubertin, inspirado por ese ideal, elevó el deporte a categoría moral y educativa.
Gracias a esa visión —mezcla de historia, literatura y utopía—, hoy la Educación Física es una disciplina que forma personas, no solo deportistas.


📚 Referencia principal

Pérez-Aragón, P. & Gallardo-Pérez, J. M. (2016). Thomas Arnold en la obra de Coubertin. El mito de Arnold. Ágora para la Educación Física y el Deporte, 18(1), 20–35.
Disponible en: https://revistas.uva.es/index.php/agoraefyd

El entrenamiento de las CFB

 

🧠 Las nuevas metodologías del entrenamiento: una mirada docente desde la Educación Física escolar

1. Introducción: del alto rendimiento al aprendizaje significativo

El libro Las nuevas metodologías del entrenamiento propone una revisión profunda de los métodos clásicos del entrenamiento deportivo, orientándolos hacia una visión más científica, global y adaptada a las necesidades actuales del alumnado. En el contexto escolar, esto implica pasar de la repetición mecánica a un aprendizaje activo, donde el alumno comprenda, experimente y aplique los principios del movimiento.

Tal y como plantea la LOMLOE (art. 4 del RD 157/2022 y Decreto 38/2022 de Castilla y León), la Educación Física debe promover la autonomía, la salud y la competencia motriz, priorizando metodologías activas, inclusivas y cooperativas.


2. Nuevas formas de entender la fuerza

El libro destaca que la fuerza no se entrena solo con pesas o repeticiones, sino a través del control corporal, la coordinación y la integración con otras capacidades. Se promueven métodos como:

  • Entrenamiento funcional: trabajar movimientos naturales (empujar, traccionar, saltar, rotar) con el propio peso corporal o materiales alternativos.

  • Juegos de oposición y tracción (pulseos, arrastres, luchas simuladas) que desarrollan la fuerza de manera lúdica.

  • Tareas integradas: circuitos motrices con metas cooperativas y autoevaluación.

🟢 Aplicación escolar: circuitos de fuerza con estaciones cooperativas, retos por tiempo, o dinámicas tipo “ninja school”. En 1.º y 2.º ciclo, priorizar el control postural y la coordinación; en 3.º ciclo, añadir resistencias progresivas y autorregulación del esfuerzo.


3. Entrenar la resistencia desde la vivencia

El texto moderniza el concepto de resistencia aeróbica y anaeróbica proponiendo metodologías como el entrenamiento interválico, el HIIT adaptado, o los juegos de relevos con recuperación activa.
Se busca que el alumno aprenda a dosificar el esfuerzo y reconocer las señales corporales.

🔵 Aplicación escolar:

  • Juegos continuos en parejas (“corre y espera”),

  • Circuitos en espacios naturales,

  • Retos de superación personal (medición del pulso, percepción del esfuerzo).

Estas tareas fomentan la autonomía y la competencia personal (competencia clave 2 y 5 según Decreto 38/2022).


4. La velocidad como capacidad neuromotriz

Las nuevas metodologías no entienden la velocidad como “correr más”, sino como responder mejor ante un estímulo. Se destacan:

  • Ejercicios de reacción y decisión,

  • Cambios de dirección,

  • Mini-competiciones con feedback inmediato.

🟠 En EF escolar, se recomiendan juegos como “semáforo”, “reacción con colores”, “cazadores y presas” o “salidas imprevisibles”, donde se trabajan velocidad, atención y toma de decisiones.


5. Flexibilidad y movilidad funcional

El libro actualiza la visión clásica del estiramiento, apostando por una movilidad activa y contextualizada. Se abandona la rigidez del stretching estático prolongado en favor de:

  • Ejercicios dinámicos previos a la actividad.

  • Estiramientos conscientes (basados en la respiración y la conciencia corporal).

  • Integración con técnicas de yoga, pilates o movilidad animal.

🟣 Aplicación escolar: sesiones de vuelta a la calma con posturas de yoga o dinámicas de movilidad en grupo, reforzando la competencia emocional y corporal.


6. Principios metodológicos transversales

El libro enfatiza que el entrenamiento moderno se basa en:

  • Individualización: adaptar la carga y la dificultad.

  • Progresión: evolución gradual del estímulo.

  • Globalización: integrar capacidades físicas y cognitivas.

  • Transferencia: aplicar lo aprendido en contextos reales y juegos.

Estos principios coinciden con los métodos de enseñanza de Muska Mosston, especialmente los estilos de descubrimiento guiado, autoevaluación y asignación de tareas. También conectan con las pedagogías emergentes (Gamificación, Aprendizaje Cooperativo, Educación Aventura, etc.).


7. Conclusiones para el docente de EF

El papel del docente ya no es el de prescribir ejercicios, sino el de diseñar experiencias motrices significativas que integren ciencia, juego y emoción.
Formar alumnos activos, críticos y saludables implica:

  • Priorizar la autonomía y la reflexión.

  • Enseñar desde el juego y el reto.

  • Relacionar lo físico con lo emocional y social.

  • Evaluar mediante rúbricas de esfuerzo, participación y progreso individual.


🧩 Referencia y marco normativo

Basado en Las nuevas metodologías del entrenamiento de la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad (Bookmédico, s.f.).