20.11.24

Ejercicio de Relajación: La Aventura del Bosque Mágico

 Introducción

Hoy vamos a embarcarnos en una aventura mágica en un bosque encantado. Este ejercicio nos ayudará a relajarnos y a concentrarnos en nuestra respiración. Encuentra un lugar cómodo para sentarte o acostarte y cierra los ojos.

Narración

Imagina que estás en un hermoso bosque. Los árboles son altos y frondosos, y sus hojas susurran suavemente con el viento. El sol brilla a través de las ramas, creando patrones de luz y sombra en el suelo.

Ahora, toma una respiración profunda por la nariz. Siente cómo tu barriga se llena de aire. Mantenlo por un momento...y suéltalo lentamente por la boca. Imagina que estás dejando escapar todas las tensiones del día.

Mientras caminas por el sendero del bosque, notas el canto de los pájaros. Escucha cómo suena cada trino. Respira profundamente de nuevo. Inhala...y exhala. Con cada respiración, siente cómo te llenas de energía de la naturaleza que te rodea.

A medida que avanzas, te encuentras con un pequeño arroyo. El agua fluye suavemente, y puedes ver cómo brilla bajo la luz del sol. Detente un momento y escucha el murmullo del agua. Toma otra respiración profunda. Imagina que el agua se lleva todas tus preocupaciones.

Siguiendo el sendero, llegas a un claro donde hay flores de todos los colores. Cada vez que respiras, imagina que estás absorbiendo la belleza de esas flores. Inhala por la nariz...siente cómo la fragancia de las flores te llena de felicidad...y exhala lentamente, dejando ir cualquier tristeza.

Ahora, visualiza que en el centro del claro hay un árbol gigante, cubierto de luces brillantes. Este es el Árbol de los Sueños. Acércate y toca su corteza. Siente la energía que emana de él. Toma una última respiración profunda, llenándote de calma y paz. Mantén esa sensación mientras exhalas.

Cierre

Cuando estés listo, comienza a mover suavemente tus dedos y tus pies. Abre los ojos lentamente y regresa al lugar donde estás. Recuerda que puedes volver a este bosque mágico siempre que necesites relajarte. ¡Espero que te sientas renovado y listo para continuar tu día!



18.11.24

Barcelona 92. La natación española por fin toca oro

 Este quizá sea el momento de profundizar en la figura de un aragonés inteligente y tozudo, José Luis Zubero, así, sin guion, nacido en 1931 en Zaragoza. Estudió Medicina y jugó (bien) al baloncesto en el Helios. Pívot de 1,83, toda una estatura en la época, llegó a estar preseleccionado por España y tuvo una oferta del Barcelona. Hombre inquieto, prefirió viajar a Estados Unidos, donde contempló estudios y prosperó como oftalmólogo. Se casó allí, tuvo tres hijos a los que inscribió con los dos apellidos unidos por un guion, y puso una clínica propia. Tan agradecido estuvo a Estados Unidos que incluso fue a la guerra de Vietnam, como oftalmólogo, donde vio horrores. También trabajó de forma altruista en Argelia, Kenia y Bangladés, pero siempre procuró que sus hijos, David (1959), Julia (1961) y Martín (1969), los tres nacidos en Jacksonville, Florida, pasaran los veranos en Zaragoza, con la familia española. También los empujó al deporte, y a los tres les fue bien en la natación. Aunque eran puramente estadounidenses y hablaban un español precario y con marcado acento de allí, el padre decidió que nadaran por España, donde obviamente podían destacar más. Los tres fueron olímpicos. David obtuvo el bronce en los 100 mariposa en Moscú-1980, en los que también compitió Julia, que no logró medalla.

Sídney, 2000. Isabel Fernández, oro en judo

 María Isabel Fernández Gutiérrez (Torrellano, 1972) dio la gran alegría de estos Juegos a España, con su oro en judo. Se trataba de una chica menuda y nerviosa, de 1,60 de estatura, perteneciente a una familia vaquera de origen cántabro que se estableció junto al Mediterráneo. De temperamento inquieto, amaba el ejercicio, practicó el ballet y el balonmano, donde destacó mucho, pero su hermano mayor Aquilino inauguró el Club Judo Torrellano. Con doce años, Isabel ganó el Campeonato de España infantil, tras lo que la tomó a su cargo Sergio Cardell, que también entrenaba a Miriam Blasco. Este falleció en accidente de moto veinte días antes de que Miriam ganara su oro en Barcelona.

Río-2016. Carolina Marín, la pionera del bádminton

 Quizá el más raro fenómeno de nuestro deporte haya sido Carolina María Marín Martín (Huelva, 1993), que llegó a la cima en una especialidad sin más tradición en España que la de juego menor para la orilla de la playa. Asentadísimo en Asia, que venia acaparando todos los premios en Mundiales y Juegos Olímpicos, esta chica andaluza afrontó a las grandes campeonas de aquel mundo lejano y logró alzarse con el número uno. Y todo empezó por una feliz casualidad. Su madre, Antonia Martín, era bailaora, y desde los tres años la llevó a la escuela de la asociación del barrio. Pero a los ocho acompañó a una amiga del colegio que jugaba al bádminton; aquello le gustó y, para fastidio de su madre, a los doce decidió abandonar el flamenco para dedicar todas sus horas libres a su nueva pasión. Su padre, Gerardo Marín, que fallecería en 2020 a causa de un accidente laboral, la llevó y trajo a entrenamientos y competiciones hasta que a los catorce años fue absorbida por la residencia Joaquín Blume. Allí dio con Fernando Rivas, su entrenador, un grande que sacó de ella la gran campeona que llevaba dentro.

17.11.24

Pekín 2008. Baloncesto: una plata de máximo brillo

 Nuestra selección de baloncesto llegaba aquí en su periodo de máximo esplendor. Madurada la generación de los juniors de Oro (Pau Gasol, la Bomba Navarro, Raúl López, Felipe Reyes, Berni Rodríguez...) a la que se iban sumando jóvenes que fueron apareciendo después, había ganado en 2006 el Mundial de Tokio, provocando conmoción nacional. Aquel éxito retumbó tanto más por cuanto que Pau Gasol, lesionado, no pudo jugar la final y el equipo fue rebautizado como ÑBA.

Pero a Pekín-2008 se llegaba con fuerte polémica: Pepe Sáez, presidente de la Federación, había decidido prescindir de Pepu Hernández, el seleccionador, al que veía desligarse del compromiso con el organismo y estar creando un ambiente acomodaticio con los jugadores. Esos defectos se tradujeron en el descenso acusado por el equipo en el Europeo de 2007, jugado justamente en España, en el que se perdió la final contra Rusia. Ni la opinión pública ni la prensa ni la mayoría de los jugadores encajó bien esta destitución, por más que el recambio, Aíto García Reneses, en tránsito entre el Joventud y el Unicaja, fuera un hombre de máximo prestigio.