Este quizá sea el momento de profundizar en la figura de un aragonés inteligente y tozudo, José Luis Zubero, así, sin guion, nacido en 1931 en Zaragoza. Estudió Medicina y jugó (bien) al baloncesto en el Helios. Pívot de 1,83, toda una estatura en la época, llegó a estar preseleccionado por España y tuvo una oferta del Barcelona. Hombre inquieto, prefirió viajar a Estados Unidos, donde contempló estudios y prosperó como oftalmólogo. Se casó allí, tuvo tres hijos a los que inscribió con los dos apellidos unidos por un guion, y puso una clínica propia. Tan agradecido estuvo a Estados Unidos que incluso fue a la guerra de Vietnam, como oftalmólogo, donde vio horrores. También trabajó de forma altruista en Argelia, Kenia y Bangladés, pero siempre procuró que sus hijos, David (1959), Julia (1961) y Martín (1969), los tres nacidos en Jacksonville, Florida, pasaran los veranos en Zaragoza, con la familia española. También los empujó al deporte, y a los tres les fue bien en la natación. Aunque eran puramente estadounidenses y hablaban un español precario y con marcado acento de allí, el padre decidió que nadaran por España, donde obviamente podían destacar más. Los tres fueron olímpicos. David obtuvo el bronce en los 100 mariposa en Moscú-1980, en los que también compitió Julia, que no logró medalla.
En conjunto, los hijos compitieron en seis Juegos, a todos los cuales acudió el aragonés internacional José Luis López Zubero armado de cámara grabadora. Si David le había dado una gran satisfacción en Moscú-1980 con la primera medalla de nuestra natación, Martín le elevó al cielo con el oro conseguido en su país de origen solo unas horas después del de Moreno en la pista. Lo obtuvo en los 200 espalda, su prueba favorita, en la que trabajó mucho la técnica del tramo subacuático y la de los giros. Llegaba como campeón europeo y mundial y con récord del mundo. Favorito, pues, pero en la calle 2 le amenazaba el ruso Selkov, que nadaba bajo bandera de la CEI. En los primeros 50 metros le sacaba medio segundo; al doblar los 100,74 centésimas; Martín era quinto, ante el desencanto del público, que incluía a la reina Sofía. Pero a partir de ahí inició una espectacular remontada, dobló los 150 ya como tercero y batió finalmente a todos en un final apoteósico.
Era la primera medalla de oro de nuestra natación, única por muchos años. Y colocaba a los López-Zubero Purcell en un club muy exclusivo, el de parejas de hermanos medallistas en natación, junto a Duke y Sam Kahanamoku, de los años veinte, y Bruce y Steve Furniss, de los setenta.
Hoy Martín sigue afincado en Jacksonville, donde sus compañeros de club y la ciudad en general le pusieron en su día mala cara por haber nadado por España, y no por Estados Unidos, país insaciable en medallas olímpicas, en especial en natación. Pero el reproche no llegó a ser atosigante. Estudió Historia y Educación Física y allí vive, con su esposa Loretta y sus hijos Lily y Zachary, a los que separan seis años. El pequeño es un prometedor nadador en la Episcopal School de Jacksonville, donde entrena su padre.
Relaño, A (2024) 366 Historias de los Juegos Olímpicos. España. Ed. Espasa.
1. Contesta a las siguientes preguntas:
- Qué normas de seguridad y de higiene son de obligado cumplimiento en una piscina pública.
- Elabora un cartel con las normas de seguridad que debe de tener toda piscina. Puedes utilizar el ordenador para su elaboración.
- Busca actividades y juegos de natación para poder ser practicados en una piscina, de manera individual o colectiva, explicando qué objetivo o finalidad tiene. Puedes buscar la información AQUÍ
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